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¿Qué es la fibromialgia? La fibromialgia es una enfermedad crónica y benigna, cuya causa aún no se conoce, es una de las enfermedades más comunes que afectan al sistema muscular, se manifiesta con dolor, rigidez y sensibilidad en músculos, tendones y articulaciones, se caracteriza por un conjunto de síntomas y signos en el que el dolor musculoesquelético difuso es el síntoma principal, así como la presencia de puntos dolorosos característicos. Hace alrededor de treinta años se identificó esta patología en personas que padecían de dolores en todas partes del cuerpo de muchos años de evolución. A lo largo de la historia ha tenido varios nombres denominándose como fibrositis, polientensopatía, síndrome poliálgico idiopático difuso y por ultimo fibromialgia que es el término que se prefiere actualmente.
¿Muchas personas se encuentran afectadas por esta enfermedad?
Se estima que afecta a más de 5 millones de estadounidenses (2 a 5% de la población adulta), por lo que es uno de los trastornos más comunes de dolor crónico generalizado en los Estados Unidos. Es el segundo trastorno más común observado por los reumatólogos después de la artrosis y representa una población importante de pacientes en la atención médica general. Se considera que tres de cada cuatro casos diagnosticados afecta a mujeres entre 25 a 55 años
¿Cuáles son los síntomas característicos?
1.-Dolor generalizado: El dolor se considera generalizado cuando está presente en el lado izquierdo del cuerpo, dolor en el lado derecho, dolor sobre la cintura y dolor debajo de la cintura. Además, hay dolor en cervical, en la parte anterior del tórax, columna torácica y lumbar. 2.-Dolor en puntos gatillo que se localizan con la presión digital: En región posterior de la cabeza, en la región cervical baja, en hombros y trapecios, en la escapula, en la segunda costilla, en ambos codos (epicondilos laterales), en glúteos, regiones de caderas (tocanter) y rodillas. Para establecer un diagnostico el dolor generalizado debe estar presente por lo menos durante 3 meses. El dolor se acompaña de rigidez matinal que no mejora en el transcurso del día y empeoran con el frío, la humedad y especialmente con el stress o ante estados de ansiedad. La mayoría de los pacientes no logran un sueño reparador ya sea por su frecuente despertar, demoras para conciliar el sueño, dificultad para volverse a dormir y cansancio al despertar. Otras manifestaciones como cefalea, migrañas, trastornos evacuativos y miccionales, alteraciones menstruales, calambres, dolor en el pecho, sensación sugestiva de tumefacción de partes blandas entre otros también son frecuentes.
¿Qué causa esta enfermedad?
Todavía no se sabe cuál es la causa de la fibromialgia. Según las últimas investigaciones el dolor crónico y la fatiga, característicos de la fibromialgia, estarían relacionadas con la interacción entre el sistema nervioso autónomo y el sistema inmunológico. Además, probablemente exista un origen genético de la enfermedad, aunque aún no se puede confirmar. El papel del estrés es fundamental, pudiendo actuar como desencadenante de la enfermedad y como agravante de los síntomas.
¿Qué pruebas de laboratorio puedo hacer para saber si padezco de fibromialgia?
No existe ningún test de laboratorio que permita descubrir o excluir el diagnóstico de fibromialgia, por otra parte, es de buena práctica solicitar un examen básico de laboratorio y un perfil reumatológico con el fin de descartar diagnósticos alternativos surgidos de la historia clínica o del examen físico. Además, probablemente exista un origen genético de la enfermedad, aunque aún no se puede confirmar. El papel del estrés es fundamental, pudiendo actuar como desencadenante de la enfermedad y como agravante de los síntomas.
¿Con que especialistas me puedo atender?
El profesional médico responsable del diagnóstico debe ser un reumatólogo, tras realizar un estudio que incluya una analítica completa, un interrogatorio en la que se reconozca una historia de dolor crónico, y un examen físico del paciente, en el que se compruebe la existencia de al menos 11 de los 18 puntos gatillos o desencadenantes de dolor. Resulta importante descartar otras patologías que puedan dar una sintomatología similar. Aunque el tratamiento siempre debe ser combinado con otras especialidades como la medicina física y rehabilitación, la psicología entre otras.
¿Voy a tener una buena evolución con esta enfermedad?
El pronóstico varía según los pacientes, pudiendo oscilar entre una leve afectación de la vida cotidiana o una incapacidad para llevar un ritmo de vida normal
Puntos importantes que debes conocer de la fibromialgia
-Es una enfermedad física en la que el estrés y las emociones juegan un papel importante -Es una enfermedad crónica con la que tendrá que aprender a vivir -No es una enfermedad mortal y puede padecerse junto a otras enfermedades. -El enfermo es parte activa de su tratamiento, debe aprender a conocer la enfermedad y atender a sus síntomas. -El ejercicio físico debe formar parte de su vida cotidiana si quiere que su calidad de vida mejore. -Debe intentar llevar una vida lo más normal posible. En los momentos de empeoramiento busque ayuda en su médico, en los distintos profesionales sanitarios, en su familia, en sus amigos y en las asociaciones de apoyo a la fibrimialgia -Su actitud hacia la enfermedad es fundamental. Como en toda enfermedad crónica, la actitud positiva le ayudará a sobrellevarla. La Sociedad Española de Reumatología, ha emitido los siguientes consejos, que compartiremos en este artículo esperando que sean útiles a aquellas personas que padecen esta enfermedad.
Acepte el dolor:
Las personas con fibromialgia y dolor crónico pretenden muchas veces encontrar un tratamiento que elimine rápidamente los síntomas que tienen. Desgraciadamente, esto casi nunca es posible. No hay recetas ni píldoras mágicas para la fibromialgia y el dolor crónico. Por ello, el primer paso para controlarlo es aceptarlo y asumir que el dolor puede persistir para siempre y que, por tanto, en adelante, va a formar parte de nuestra vida. Desde luego, no es agradable pensar que el dolor nunca nos va a abandonar y muchas personas pueden incluso sentir miedo de no saber cómo manejar esta situación. Sin embargo, reconocer la realidad es el primer paso para conseguir cambiar nuestra vida hacia una situación en la que el dolor, aun estando presente, no sea el centro de la misma. Cuando se acepta el dolor, se aprende a reconocerlo y a saber lo que lo mejora o empeora, y estamos entonces en situación de buscar soluciones y de volver a disfrutar de la vida.
Controle sus emociones:
La fibromialgia, y el dolor crónico que produce, cambian con frecuencia nuestras emociones y nuestra forma de comportamiento. Muchas personas con esta enfermedad desarrollan sentimientos negativos que antes no presentaban y que les hacen convertirse en una persona diferente. Los sentimientos negativos más frecuentes en las personas con fibromialgia son enfado e ira, depresión, frustración, sensación de fracaso, culpa y vergüenza. Es normal que una persona con dolor crónico tenga estas emociones y sentimientos negativos, pero debe aprender a controlarlos para que no se conviertan en un problema añadido. En primer lugar, reconozca todo lo positivo que le sucede en la vida: a pesar del dolor no es un incapacitado y puede hacer muchas más cosas de las que piensa, tiene amigos y familiares que le aprecian y con los que puede disfrutar, todavía puede ilusionarse por cumplir sus objetivos personales, su enfermedad no puede curarse, pero puede tratarse y controlarse. No intente ser un perfeccionista; nadie puede hacerlo todo bien, y una persona con una enfermedad menos aún. Sea realista y plantéese objetivos alcanzables. Con frecuencia, para no fallarles a los demás, se hacen cosas que perjudican la enfermedad y el dolor; exprese de forma abierta y sincera cuáles son sus necesidades y evitará sentimientos de culpa.
Controle su estrés:
El estrés es, básicamente, la respuesta del organismo cuando afrontamos un peligro y nos preparamos para luchar o para huir. El cuerpo y los músculos se tensan, el corazón y la respiración se aceleran, y la presión arterial aumenta. Sin embargo, muchos pequeños acontecimientos de la vida diaria provocan estrés que hacen que las personas se sientan bajo presión y con pérdida del control de la situación. Este estrés puede venir de circunstancias familiares o laborales, de problemas económicos o de problemas de salud. También las actitudes perfeccionistas pueden generar estrés. La mejor manera de combatir este estrés perjudicial es, en primer lugar, reconociendo cuál es la causa del nuestro y evitando las situaciones que lo favorezcan. También es útil organizar y planificar nuestras actividades diarias y dedicar diariamente tiempo a la relajación. Ésta se practica siguiendo determinadas técnicas como la respiración profunda o la relajación muscular que pueden aprenderse con un corto entrenamiento.
Evite la fatiga:
Tan negativo es permanecer en inactividad, como realizar un número excesivo de tareas. Si gastamos nuestras energías intentando cumplir demasiados objetivos, la fatiga y el dolor aparecerán sin remedio. Examine cuáles son sus obligaciones y tareas diarias, y valore realmente si no hay un exceso de trabajo en su vida. No intente ser un perfeccionista; planee sus obligaciones, y elimine o delegue aquéllas que no sean estrictamente necesarias. Intercale periodos de descanso entre los de actividad, y haga sus tareas a un ritmo que usted pueda controlar.
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